A diferencia de la mayoría de las demás profesiones, a efectos tributarios los ministros tienen una doble imposición fiscal. Esto quiere decir que a efectos del impuesto sobre los ingresos, el Servicio de Impuestos Internos clasifica como empleados a la mayoría de los ministros que trabajan en una iglesia y los empleadores de estos deben entregarles el Formulario W-2 cada año.